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NOVELA DE TERROR

Ella siempre rezaba de noche, delante de las tumbas de sus dos hijas, ya que a esas horas ningún vecino se atrevía a visitar el cementerio. Sus hijas, se habían ahogado en el río, frío y profundo; el mismo río en el que ella también se había divertido de pequeña. Ella lloraba. Entonces sus dos hijas aparecieron para consolarla. Le dijeron que no estaban solas, que estaban bien; que estaban arropadas por los familiares que ya se habían marchado. Las niñas secaron las lágrimas de su madre y dijeron: “Vámonos ya, los muertos nos esperan”. Antes de marchar, una de ellas se dio la vuelta y le dijo: “No te preocupes, pronto nos veremos”.

Una noche en el cementerio / 01

LA SOSPECHA

Bastante gente creía que el sepulturero ocultaba algo. Cada vez que alguna persona se acercaba a hablar con él, reaccionaba de un modo muy extraño. Un vecino regresaba a su casa, y en su recorrido, debía pasar al lado del cementerio en el que trabajaba aquel sepulturero. Vio como después de enterrar algo en el suelo, se sacó las botas y las guardó en una pequeña cabaña en la que almacenaba el material necesario para realizar su trabajo. El vecino que estaba al tanto de las sospechas sobre el sepulturero, decidió entrar disimuladamente en la cabaña. Los zapatos del sepulturero olían raro, un olor bastante desagradable y desconocido para el vecino. Decidió llevárselas a la policía. Entonces, también les comentó que vio al sepulturero enterrando algo detrás de la cabaña. Varios agentes de policía cavaron donde les dijo el vecino, y encontraron muchos objetos de gran valor.  El sepulturero tenía un secreto, y no es que fuese un ladrón. Los objetos eran pistas, pero las botas realmente ayudarían a resolver que es lo que trama.

El ezkondrijo del Zuicidio: La inteligencia del sepulturero...
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