Ayer participaron en el Concurso de Jóvenes Talentos de relato corto vuestr@s compañer@s Martín, Silvia, Raquel y Claudia.
Yo creo que fue una experiencia estupenda; la verdad es que se pusieron un «pelín» nervios@s a medida que se iba acercando la hora de la prueba y se encontraron allí con el resto de participantes, pero en cuanto empezaron a escribir, se concentraron en sus relatos y dejaron paso a su creatividad.
Supongo que ya os contarán pormenorizadamente su experiencia, pero os puedo adelantar que en sus textos, en el de los cuatro, muere alguien.
No tenemos alas, no podemos elevarnos,
mas tenemos pies para trepar y escalar
paso a paso, más y más,
las nubosas cumbres de nuestros tiempos.
En una época en que los retos a que nos enfrentamos, desde el cambio climático, la desigualdad y la pobreza hasta el extremismo violento, parecen tan ingentes, las palabras del poeta Henry Wadsworth Longfellow nos aportan esperanza.
Compuesta de palabras, coloreada con imágenes, tañida con la métrica perfecta, la poesía tiene un poder singular. El poder de arrancarnos de la vida cotidiana y recordarnos la belleza que nos rodea y la resiliencia del espíritu humano que compartimos.
La poesía es una ventana a la diversidad excepcional de la humanidad. En la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO se incluyen decenas de formas de expresión oral y poesía, desde el duelo poético Tsiattista de Chipre o la poesía cantada Ca trù de Viet Nam hasta Al-Taghrooda, la poesía cantada tradicional de los beduinos de los Emiratos Árabes Unidos y Omán. La poesía es tan antigua como el lenguaje, y en los períodos turbulentos es más necesaria que nunca, como fuente de esperanza, como manera de compartir lo que significa vivir en este mundo.
El poeta Pablo Neruda escribió que «la poesía es siempre un acto de paz». La poesía es única por su capacidad de hablar a través del tiempo, el espacio y la cultura, de llegar directamente a los corazones de las personas de todo el mundo. Es un manantial de diálogo y entendimiento y ha sido siempre una fuerza para desafiar a la injusticia y promover la libertad. Como dijo Deeyah Khan, Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO para la libertad y la creatividad, todas las formas de arte, incluida la poesía, tienen la capacidad extraordinaria de expresar resistencia y rebelión, protesta y esperanza.
La poesía no es un lujo. La poesía es una parte esencial de quiénes somos en cuanto que mujeres y hombres que vivimos juntos en el presente, nos valemos del patrimonio de las generaciones pasadas y somos custodios del mundo para nuestros hijos y nietos. Hoy, al celebrar la poesía, celebramos también nuestra capacidad de unirnos en un espíritu de solidaridad para trepar y escalar «las nubosas cumbres de nuestros tiempos». Necesitamos hacerlo para llevar adelante la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, para aplicar el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, para asegurarnos de que ninguna mujer ni hombre se quede atrás.
La forma trans es un acortamiento válido de los adjetivos transexual y transgénero.
En los medios es frecuente encontrar esta voz en frases como «Ella es la primera actriz trans que protagonizará una película», «Una familia nos contó cómo es criar una hija trans en un país que niega su existencia» o «Jazz Jennings lanza la primera muñeca trans del mercado».
Aunque en algunos contextos se emplean indistintamente las palabras transgéneroy transexual para referirse a las personas cuya identidad de género no se corresponde con el sexo que se les asignó al nacer, en otros la segunda se aplica solo a quienes, además, han iniciado un proceso de reasignación mediante tratamientos como la hormonación o la cirugía.
Trans es un acortamiento adecuado desde el punto de vista lingüístico (como foto, tele, hetero o progre) que engloba los dos términos anteriores y es, en general, la forma preferida por las personas de este colectivo.
Al igual que transexual y transgénero, trans es un adjetivo que se emplea en ocasiones como sustantivo («un/una trans»). La comunidad LGTB rechaza este uso y prefiere que se utilice como adjetivo («una persona trans»). En todo caso, no es preciso destacarlo con cursivas ni comillas.
Para aludir al rechazo a las personas trans se emplea el sustantivo transfobia. El adjetivo preferible es tránsfobo, aunque la forma transfóbicono es incorrecta.
El uso de los términos transexual y transgénero ha dado lugar, en este contexto, a la aparición de sus contrarios, cisexual y cisgénero, con los que se alude a las personas cuya identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer. Se usa también, y es válido, el acortamiento cis.
Hoy hemos asistido en el instituto a un acto para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
Música, vídeos, teatro leído, poema de Rosa Enríquez… que nos han invitado a reflexionar sobre la situación de la mujer en nuestra sociedad y en el mundo, animándonos a la participación y al activismo para seguir promoviendo la igualdad de género.
Entre l@s participantes se encontraba Silvia Bueno Portela de 2º ESO B que nos permitió descubrir su faceta de actriz. ¡Lo hizo genial!
Y no nos podemos olvidar de Cristina Lerma, la profesora de Lingua galega, que organizó y supervisó todo el trabajo.
Además, hoy por la mañana, explicó en una entrevista en la Cadena Ser, en el programa Hoy por Hoy Santiago , como se estaba celebrando este día en el centro.
Os dejo un enlace al archivo del programa, podéis escuchar la entrevista a Cristina a partir del minuto 47
«En el Día Internacional de la Mujer, debemos comprometernos a hacer todo lo posible para superar los prejuicios arraigados, apoyar la participación y el activismo y promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer». — António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas
Os dejo una reseña de la novela de Patrick Ness, Un monstruo viene a verme.
Espero que disfrutéis con el libro o, si os apetece más, con la película basada en la novela que tanto éxito de taquilla tuvo el año pasado.
Doce de la noche. Conor se despierta después de haber tenido la misma pesadilla de todos los días desde que su madre comenzó con el tratamiento, pero algo ha cambiado: esta noche un monstruo le espera en el jardín de su casa. El árbol viejo y robusto que antes veía desde la ventana de la cocina ahora tiene brazos, piernas y una cara aterradora. El monstruo no quiere asustarle, tan solo busca una cosa: la verdad, aquello que Conor más teme contar.
Conor tiene trece años y no está pasando por un buen momento: su madre está enferma de cáncer, sufre acoso escolar y, por si fuera poco, su padre vive en América, donde ha conocido a otra mujer. Lo único que Conor desea es que la visita del monstruo signifique el fin de esta pesadilla.
La idea en torno a la que gira la obra es de Siobhán Dowd, autora de varios libros juveniles, alguno de ellos galardonado con varios premios importantes en el mundo de la literatura. Por desgracia, falleció en 2007 dejando sin acabar un libro que ya tenía personajes, premisa y un comienzo. Patrick Ness ha sabido dar forma a todo ello y ha conseguido crear un relato fascinante.
En un primer momento, parece que estamos ante una historia de terror, pero lo que realmente nos espera es una trama verdaderamente profunda, que mezcla a la perfección la fantasía con la más cruda realidad. Con un lenguaje sencillo y al alcance de cualquier público, Patrick Ness nos hace reflexionar y detenernos un rato a pensar antes de pasar al siguiente capítulo. Su estilo es, sin duda, impecable, y consigue que la lectura sea muy ágil y no se haga pesada en ningún momento.
En lo que respecta a los personajes, al principio puede que te cueste empatizar con alguno de ellos, sobre todo con Conor, que tiene una actitud distante y parece muy maduro para su edad, pero poco a poco y a medida que te adentras en la historia, comienzas a entender por lo que está pasando nuestro protagonista y acabas comprendiendo su actitud. Seguro que más de uno se siente identificado con él.
Un libro que te emocionará, te hará reír y te hará llorar, pero sobre todo, te hará disfrutar. No lo dejes pasar.